Apuntes a la obra; “El Anciano de los días” de William Blake. 1794.
William Blake, poeta y místico Inglés, (1757-1827), fue un hombre muy religioso, ensimismado en su mundo interior, alejado voluntariamente del arte académico oficial, negando las normas tradicionales de arte. Algunos de sus contemporáneos lo tomaron por loco, pocos fueron capaces de creer en su creación y lo libraron de la miseria.
Se dedicó a realizar grabados para su poesía. En su poema “EUROPA”, Blake graba la obra, “El anciano de los días”. Se dice que él vio la enigmática figura de un anciano inclinado para medir el globo con un compás, en una visión flotando encima de él, y en los altos de una escalera, cuando estuvo viviendo en Lambeth. Como antecedente de esta obra en la Biblia se lee:
(Proverbios 8, 22-27)
“Yahveh me creó, primicia de su camino, antes que sus obras más antiguas. Desde la eternidad fui fundada, desde el principio, antes que la tierra. Cuando no existían los abismos fui engendrada, cuando no había fuentes cargadas de agua. Antes que los montes fuesen asentados, antes que las colinas, fui engendrada. No había hecho aún la tierra, ni los campos, ni el polvo primordial del orbe. Cuando asentó los cielos, allí estaba yo, cuando trazó un círculo sobre la faz del abismo.”
Es esta grandiosa visión Divina, la que ilustró Blake. El poeta se formó una mitología particular en la cual el anciano de la obra, fue llamado Urizen, concebido por Blake como el creador del mundo, el cual era un ser maligno, ya para él, nuestro mundo es en si perverso. Esto le da un carácter dramático a la visión, en la cual el compás puede ser a la vez un relámpago de luz.